Saturday, June 17, 2006

C a r r u s e l mediático

Juan R. Menéndez Rodríguez
05-06-2006 Por Esto! Sección Cultura: 1-2,
Mérida Yucatán, México.


La televisión será la base de la opinión pública.
Ha creado un mundo esquizofrénico en el que,
entre el individuo y lo global, no hay nada.
-Alan Touraine
Los individuos ayudan a los medios masivos de comunicación consumiendo sus productos y éstos a su vez se fundamentan en la palabra escrita y las imágenes con el fin de formar la opinión pública. En el caso de la política, los medios actúan con un poder insospechado. Vivimos un momento que hace posible poner a prueba la tesis de que la televisión se ha convertido en la estrategia más importante para la democracia: entrevistas, spots, mensajes con cobertura nacional y debates entre candidatos, todo mediatizado.
Giovanni Sartori, teórico de la política, explica cómo la cultura de los medios está basada por un lado en la palabra (la escritura) y, por el otro, en la cultura visual de las imágenes, destacando la necesidad de que ambas se complementen: lo abstracto, aquello que no se ve, con lo sensible, o las cosas que pueden verse.
El autor nos dice: “pensar en lo invisible (los conceptos) es una tarea dolorosa, difícil, y ver es fácil. La victoria del ver sobre el concebir fue simple, pero devastadora […]. La fácil victoria de lo visual (sin pensar) sobre el pensamiento (sin ver) es un golpe para el Homo sapiens”.
Un recorrido por nuestra ciudad dará cuenta de la “inundación de lo invisible”, donde se observa pero no se piensa: pendones colgados por infinidad de sitios, mantas cubriendo bardas, anuncios espectaculares que parecen caer encima de quienes observan, miradas suplicantes de contendientes que se convierten en carrusel sin fin que obliga a cerrar los ojos en un intento por escapar al absurdo de la repetición.
En cuanto a la imagen electrónica dinámica, es cierto que cada vez se vuelve más doloroso pensar que ver, y esto resulta obvio con los candidatos a la Presidencia de la República, quienes además utilizan la televisión preocupados por encuestas e imágenes y no por contenidos. Tal vez los resultados de la educación en el país manifiesten esta problemática al hacer visible la dificultad que se inicia con los niños y niñas hacia la lecto-escritura, niños y niñas que más tarde se convertirán en adultos y cuyas habilidades par a comunicarse serán más visuales que conceptuales, menos libros y más pantallas, problema presente en al política y en los sistemas educativos.
¿Cómo llegamos a posicionar esta cultura? A los bebés desde sus primeros meses se les inicia en una exposición constante de imágenes, hecho que, como expresa Sartori, debería aterrorizarnos. Continúan en la niñez y adolescencias inmersos en las pantallas con toda clase de videojuegos y, a partir de ahí experimentan la hiperrealidad, una realidad de sensaciones que igual propone matar al enemigo como crear parques zoológicos o cirugías ficticias. Se trata del diseño de una ilusión mediante el simulacro electrónico que también se hace presente en la mercadotecnia de las campañas políticas.
Cuando la realidad virtual se dirige al conocimiento y a la imaginación logra resultados sorprendentes y capacita a médicos, pilotos y arquitectos, entre otros, pero no es la constante. Encontramos que una gran mayoría de jóvenes están sumergidos en lo visual-electrónico, sin muchas posibilidades de orientarse hacia lo cognitivo con las consecuencias desalentadoras que conocemos.
A partir de ese mundo de apariencias que vivimos es posible que la pantalla se convierta en objeto de la manipulación social. Si analizamos las fotos de los participantes en la contienda política, ¿cuál será el sentido del rostro retocado? Quizás condicionar un mensaje en una época dominada por la simulación que no problematiza su entorno. Definitivamente, el mundo es ficción y la ficción se convierte en realidad, las cosas son y no son al mismo tiempo, se multiplica la diversidad y nuestro mundo se vuelve día a día más pequeño.
Sartori vincula estas reflexiones a la democracia. Establece que la democracia no requiere de sabios, pero sí de personas suficientemente informadas, es decir, informadas respecto a algo, a un contenido que pueda calificarse en términos de veracidad, falsedad y decisión y al final evaluarse, porque el solo ruido político es irrelevante y vacío. Aquí es donde los medios cobran una gran importancia dentro del proceso democrático, debido a que forman al mismo tiempo cuidadnos y opinión pública y la política se vuelve inteligente cuando posee un juicio crítico de conocimiento sobre los temas, reconocimiento que la “teledemocracia” ha empobrecido en el ambiente.
Al sentido crítico que requerimos es necesario agregarle una revisión de los contenidos que venden las pantallas, romper la inercia y esa suerte de hipnosis virtual con la cual escuchamos los mensajes y miramos la propaganda, y dedicarnos a pensar en lo que no vemos, en lo que no se dice y ponerlo en práctica en el próximo debate.
Y, finalmente, amable y estimado lector, la buena gramática, esa que nos enseña que todas las íes deben ir siempre coronadas por sus minúsculos puntos para así ser soberanas, ejercicio imprescindible como hábito en el quehacer de nuestras vidas, fue ejemplo siempre señalado en la impecable pulcritud de sus escritos y el elegante don de la palabra por el inmortal “Caballero de punta en blanco” en su célebre columna Clima y Ambiente, espejo diáfano de la opinión crítica y la reflexión, genial tesis legada y hoy tan añorada…

jrmenrod@hotmail.com

1 comment:

... said...

hola :)
soy mars de discos invisibles, vamos a merida muy pronto ojala y te podamos ver por alla, apuntate al taller :)

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