Monday, September 04, 2006

Sospechoso, pero ni corrupto, ni criminal



En Merida, Yucatán, el viernes 1 de septiembre por la mañana, las autoridades cometieron la arbitrariedad de señalar como sospechoso de lanzar dos granadas de fragmentación en la recepción del periódico Por Esto!, al recién llegado de Chiapas y dirigiéndose en taxi a su hogar, Dr. Ricardo Delfín Quezada Domínguez.
Su detención sin más pruebas que la de ser indicado sospechoso, transcurrió hasta las 15 horas del domingo 3, teniendo el maestro Quezada y familiares que declarar durante dos días para comprobar lo que ya todos sabíamos, pero fue negado por el Procurador Armando Villarreal Guerra y el responsable de la SPV, Javier Medina Torre, para ocultar su ineptitud: que era completamente falso y absurdo que una persona como Delfín Quezada, maestro preciado, colaborador del Por Esto! y defensor de la comunidad progreseña, fuera un sicario más de Patricio Patrón –deficiente gobernador de Mérida –, o afiliados.
Tanta incoherencia le llevó al susodicho Procurador plantear que entre sus torcidas líneas de investigación contemplaría el autoatentado, desvinculando así la agresión al periódico de la Identidad, Dignidad y Soberanía con cualquiera que no sea uno de sus propios integrantes. En esta lógica, no era el Alto Vacío (Patricio Patrón) y sus amigos los que buscaron estafar hace meses a campesinos de Hunucmá, sino ellos mismos fueron quienes querían rematar sus tierras a toda costa.
Desde el principio, era claro para dicho periódico y todos los que conocen a Delfín Quezada, que las autoridades sordas buscaron proteger a sus criminales, involucrando para ello a personas que no han sido impresionadas ni corrompidas por el Estado depredador –como el maestro escribiera en un artículo hace pocos días–, pues al contrario, son opositores a dicho sistema, lo cual Delfín Quezada llevaría a la práctica cuando militó contra el asentamiento de PEMEX en Puerto Progreso.
Por estas acciones, los representantes de la ley y sus pocos dueños, pudieron haber predispuesto al sospechoso perfecto: aquel que atentamente denuncia y obstruye afincamientos de empresas degradantes, más benéficas para el corrupto y criminal que para el sospechoso.
Ya elementos de nuestra Facultad de Ciencias Antropológicas, el primero de ellos Carlos Bojórquez Urzáis, han declarado públicamente su indignación y exigencia de justicia ante las acciones en contra de Delfín Quezada y el Por Esto! en general, a lo cual me adhiero sobremanera como estudiante de la misma Facultad, lector del periódico Por Esto! e integrante del Centro de Investigación Escénica El teatrito A.C.
Camilo Solís
4 de septiembre del 2006