Friday, June 30, 2006

LO QUE CALLA Y LO QUE EXALTA LA TV Y LA RADIO POR PURO NEGOCIO

Pedro Echeverría V.

1. Se dice por ahí que lo que no sale en la televisión no existe. Desafortunadamente esa frase tiene mucho de verdad porque la tele se ha metido al hogar, a la cocina y hasta al defecadero. La empresa determina cuál es la noticia más comercial y más vendible en cada momento. Si con las elecciones ganan muchos millones le dan prioridad. Si hay cien mil maestros en las calles de Oaxaca, poco les importa. Si el presidente y su partido les garantizan buenos negocios contarán con el apoyo. Si algún candidato presidencial se atreve a criticarlos harán hasta lo imposible para aplastarlo. Si la corrupción está entre los empresarios hay que esconderla, pero si un desempleado se roba una cartera hay que aplicarle todo el peso de la ley. Si los invasores yanquis asesinan a miles de irakis sólo hacen justicia, si estos atentan contra algunos invasores son terroristas.

2. La televisión, junto con la radio –para desgracia de la humanidad- dejó de ser el “cuarto poder” para convertirse en el primero. Se transformó en un monopolio económico, pero mucho más grave, en ideológico. Hace varias décadas se decía que el poder de la prensa se situaba después de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial aunque otros, con diferente concepción, decían que estaba por debajo de los poderes económico, político y eclesiástico. Sabiendo sus propietarios que desde principios de los años ochenta, en particular de los noventa –con la economía neoliberal y global- la TV había penetrado al 90 por ciento de los hogares y que su influencia es determinante, hoy se mantienen en la cima del poder ordenando lo que cada gobierno, partido y político tiene que hacer o no hacer, convirtiéndolos en simples marionetas o títeres.

3. En México los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) por lo menos desde 1969 -cuando se firmó aquel acuerdo que comprometió a los empresarios a pagar un reducido impuesto de 12.5- se observó su sometimiento a los empresarios televisivos. Desde que dos años antes el presidente Díaz Ordaz nombró al magnate Emilio Azcárraga como su consejero en radio y televisión, se vio que el gobierno caminaría del brazo de los empresarios de la TV. Después de que el presidente Fox y su esposa Marta Sahagún, en octubre de 2002 con un “decretazo” cancelaron aquel impuesto de 1969 a los empresarios, unido a que hace unos meses los legisladores del PAN y del PRI aprobaron la Ley Televisa, no puede existir ni la menor duda de que en nuestro país los empresarios televisivos le ordenan a gobierno y políticos lo que tienen que hacer.

4. Basta un simple telefonazo del locutor López Dóriga para que el presidente de la República se ponga de inmediato en la línea, mientras 100 mil trabajadores o profesores en las calles no logran entrevista alguna. Ningún secretario de Estado, líder político o empresarial puede negarse a hablar con los locutores Loret de Mola, Alatorre, Trujillo o Cárdenas. Más bien todos los políticos buscan desesperadamente ser entrevistados o invitados a los programas de televisión o, de perdida, de radio. Y el ejemplo más claro de las últimas semanas es el de López Obrador que se atrevió a criticar tibiamente a los medios y a negarse a pagar espots y propaganda política. Pues sencillamente le fue “como en feria”. Poco a poco lo fueron desprestigiando, le bajaron el porcentaje de encuestas y lo obligaron a pagar espots por cientos de millones de pesos.

5. En tanto que en algunos países europeos pierden muy poco tiempo frente a la TV, se exige que sus programas ayuden a los televidentes a elevar su nivel educativo y cultural, así como que se retiren la nota roja y el llamado entretenimiento vacío, en México los dueños de las empresas parten de la idea de que “a un pueblo ignorante hay que darle entretenimiento, lo que le agrade” y que “dar cultura debe ser tarea de la Secretaría de Educación Pública, no de la TV”. Así pensaba y se expresaba el magnate de la empresa Televisa hace unos años. Es decir, mientras más notas rojas, sensacionalistas, morbosas y espectaculares se enseñen, el pueblo estará más contento. Con el objetivo de ganar más dinero impulsan lo campeonatos de futbol, las visitas papales, las entrevistas a artistas, los asesinatos y todo tipo de programa que capte más rating.

6. Así es y, al parecer, no puede ser de otra manera. Los medios de información, siempre al servicio de quien más dinero les paga, publican las noticias que les conviene y la acomodan según le guste al cliente. Hoy el mundo amaneció con la noticia de asesinato de Sarqawi, quien es uno de los terroristas más grandes, según informaron los medios. La realidad es que pensé al oír que “había sido muerto el terrorista más grande del mundo” que habían bombardeado la casa de Bush, de Blair o la del más alto gobernante israelí. Yo sé que hay terroristas que asesinan a tres, siete, diez o veinte en un atentado, pero de lo que estoy más enterado es de los terroristas de Estado como Bush, que con una orden hacen desaparecer a miles de habitantes de los pueblos y ciudades que bombardean. De eso no informan la radio o la TV.

7. Lo mismo pasa en los medios cuando hablan de robos y violaciones. Se ensañan y piden fuertes condenas contra los trabajadores y los humildes narrando y enseñando imágenes grotescas de violencia, robos o secuestros, pero silencian a propósito el desempleo, la miseria y la desesperación permanente de sus protagonistas. Por el contrario, callan los miles de robos, fraudes, escándalos familiares y asesinatos que a diario se registran entre los empresarios y políticos de alto nivel. Y si entre éstos, alguno llegara a propagarse, es porque antes no se “pusieron a mano” con las empresas informativas. Pero el poder de la TV es irrefrenable porque ha logrado profundizar la enajenación ideológica de la mayoría de la población. El uso de la libertad de prensa e información, que tanto se festeja los 7 de junio, tiende a convertirse en una farsa.

Saturday, June 24, 2006

LA 'LEY TELEVISA' ES INCONSTITUCIONAL:PGR

Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:16/06/2006)

A la memoria de dos colegas desaparecidos:Jorge Coo Grajales y Antonio Garza Morales
Sufrió una primera revisión la llamada 'ley Televisa' y fue por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) dentro del proceso de acción de inconstitucionalidad (número 26/2006) que ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) interpusieron 48 senadores de la República contra esa ley, o leyes, pues son dos a cuyas reformas se les engloba bajo el título genérico de 'ley Televisa' por favorecer no sólo a este consorcio, sino al duopolio Televisa-Azteca y por haber sido promovida ante el Congreso por la primera empresa. Esta primera revisión de la PGR concluye que esas dos leyes, la Federal de Radio y Televisión y la Federal de Telecomunicaciones, 'son inconstitucionales'.
Digamos que fue un coscorrón a la 'ley Televisa', pero de tal carácter que es bueno considerar sus efectos, ya que de una justa lectura de su significado puede derivar el éxito de la controversia constitucional iniciada por los 48 senadores, que se da, además, en el periodo final de la campaña electoral por la Presidencia de la República, lo cual le confiere una importancia inesperada a este dictamen de la PGR, ya que según la Constitución el titular de esa entidad es, además de Ministerio Público Federal, consejero jurídico del Poder Ejecutivo.
De acuerdo a la nota de La Jornada (jueves 15), la PGR considera que 'las leyes Federal de Radio y Televisión y Federal de Telecomunicaciones son inconstitucionales, porque contravienen acuerdos internacionales relacionados con el derecho a la información y la libertad de expresión, y porque contiene requisitos 'desproporcionados' para los que operan estaciones de radiodifusión culturales, educativas, de investigación y oficiales'.
Aunque esta es sólo una 'opinión' jurídica expresada por el titular de la PGR, Daniel Cabeza de Vaca, entregada al ministro de la SCJN, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, quien estudia la demanda de inconstitucionalidad presentada por los 48 senadores, salta de suyo la importancia de una declaración de ese talante, pronunciada por el consejero jurídico del Poder Ejecutivo. Se trata sólo de una consulta prevista en la ley en este tipo de procesos, en que la SCJN le pide al Ministerio Público Federal que emita una opinión, la cual no es necesariamente tomada en cuenta por el ministro que elabora el proyecto respectivo o por el pleno de los ministros de la Corte. Pero una declaración de ese tamaño, más allá de toda calificación de la autoridad técnica del titular de la PGR, debe operar de manera primordial en el análisis de los ministros de la SCJN. No es pensable que el procurador Cabeza de Vaca no haya reunido todos los elementos disponibles para poder dar una opinión de inconstitucionalidad, lo cual indica que hasta este momento pesa más la suma de criterios jurídicos que las opiniones ligeras vertidas por Vicente Fox, titular del Poder Ejecutivo, cuando dichas reformas fueron aprobadas por el Senado y antes por la Cámara de Diputados, en el sentido de que él (Fox) las promulgaría de inmediato.
Si son inconstitucionales ambas leyes, lo que procede es que la SCJN se pronuncie en el mismo sentido. No debe ocultársele a los ministros de la Corte que el proceso de aprobación y el contenido de las reformas a esas leyes estuvo plagado de tal inconstitucionalidad. No sería ni sensatamente creíble que la Corte sufragase por la supuesta constitucionalidad de las mismas, dado que dos instancias -los 48 senadores promoventes y la PGR- ya están dando su opinión en el sentido de la inconstitucionalidad.
En la opinión de la PGR, expuesta en un documento de 145 cuartillas, se indica que la citada legislación contraviene instrumentos internacionales, como la Convención Americana de Derechos Humanos, y principios sobre libertad de expresión previstos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque no garantiza la igualdad jurídica entre concesionarios y permisionarios. Es decir, señala el texto de la PGR, legitima la desigualdad, vulnera principios de seguridad jurídica y legalidad al no prevenir los derechos de los particulares en relación con las atribuciones de las autoridades.
Indica que los deberes y atribuciones de las autoridades para otorgar concesiones y permisos para la prestación del servicio de radiodifusión, al ser 'inequitativos y desproporcionados' resultan afectados directamente 'los sujetos que pretendan operar estaciones culturales, educativas, de investigación y oficiales'. Con ello se vulnera el ejercicio de los derechos a la información y a la libertad de expresión, contenidos en los artículos 6º y 7º de la Constitución.
Aunque en otros aspectos -de tipo instrumental- la PGR convalida el resto de la 'ley Televisa', este debe ser el punto fundamental en el análisis que hagan los ministros de la Corte a la demanda de los 48 senadores. No vaya a ser que, como ocurrió con la 'Ley de Transparencia de la Información Pública Gubernamental', que también es inconstitucional porque vulnera los artículos constitucionales 6º y 7º, se la promulgue cargando con esa inconstitucionalidad, lo cual de manera directa traiciona el tan cantado Estado de Derecho que, dicen los juristas y muchos políticos, debe privar en México. Lo justo es que los ministros de la Corte sepan analizar en este sentido la demanda de los senadores y no de otra manera.

Saturday, June 17, 2006

C a r r u s e l mediático

Juan R. Menéndez Rodríguez
05-06-2006 Por Esto! Sección Cultura: 1-2,
Mérida Yucatán, México.


La televisión será la base de la opinión pública.
Ha creado un mundo esquizofrénico en el que,
entre el individuo y lo global, no hay nada.
-Alan Touraine
Los individuos ayudan a los medios masivos de comunicación consumiendo sus productos y éstos a su vez se fundamentan en la palabra escrita y las imágenes con el fin de formar la opinión pública. En el caso de la política, los medios actúan con un poder insospechado. Vivimos un momento que hace posible poner a prueba la tesis de que la televisión se ha convertido en la estrategia más importante para la democracia: entrevistas, spots, mensajes con cobertura nacional y debates entre candidatos, todo mediatizado.
Giovanni Sartori, teórico de la política, explica cómo la cultura de los medios está basada por un lado en la palabra (la escritura) y, por el otro, en la cultura visual de las imágenes, destacando la necesidad de que ambas se complementen: lo abstracto, aquello que no se ve, con lo sensible, o las cosas que pueden verse.
El autor nos dice: “pensar en lo invisible (los conceptos) es una tarea dolorosa, difícil, y ver es fácil. La victoria del ver sobre el concebir fue simple, pero devastadora […]. La fácil victoria de lo visual (sin pensar) sobre el pensamiento (sin ver) es un golpe para el Homo sapiens”.
Un recorrido por nuestra ciudad dará cuenta de la “inundación de lo invisible”, donde se observa pero no se piensa: pendones colgados por infinidad de sitios, mantas cubriendo bardas, anuncios espectaculares que parecen caer encima de quienes observan, miradas suplicantes de contendientes que se convierten en carrusel sin fin que obliga a cerrar los ojos en un intento por escapar al absurdo de la repetición.
En cuanto a la imagen electrónica dinámica, es cierto que cada vez se vuelve más doloroso pensar que ver, y esto resulta obvio con los candidatos a la Presidencia de la República, quienes además utilizan la televisión preocupados por encuestas e imágenes y no por contenidos. Tal vez los resultados de la educación en el país manifiesten esta problemática al hacer visible la dificultad que se inicia con los niños y niñas hacia la lecto-escritura, niños y niñas que más tarde se convertirán en adultos y cuyas habilidades par a comunicarse serán más visuales que conceptuales, menos libros y más pantallas, problema presente en al política y en los sistemas educativos.
¿Cómo llegamos a posicionar esta cultura? A los bebés desde sus primeros meses se les inicia en una exposición constante de imágenes, hecho que, como expresa Sartori, debería aterrorizarnos. Continúan en la niñez y adolescencias inmersos en las pantallas con toda clase de videojuegos y, a partir de ahí experimentan la hiperrealidad, una realidad de sensaciones que igual propone matar al enemigo como crear parques zoológicos o cirugías ficticias. Se trata del diseño de una ilusión mediante el simulacro electrónico que también se hace presente en la mercadotecnia de las campañas políticas.
Cuando la realidad virtual se dirige al conocimiento y a la imaginación logra resultados sorprendentes y capacita a médicos, pilotos y arquitectos, entre otros, pero no es la constante. Encontramos que una gran mayoría de jóvenes están sumergidos en lo visual-electrónico, sin muchas posibilidades de orientarse hacia lo cognitivo con las consecuencias desalentadoras que conocemos.
A partir de ese mundo de apariencias que vivimos es posible que la pantalla se convierta en objeto de la manipulación social. Si analizamos las fotos de los participantes en la contienda política, ¿cuál será el sentido del rostro retocado? Quizás condicionar un mensaje en una época dominada por la simulación que no problematiza su entorno. Definitivamente, el mundo es ficción y la ficción se convierte en realidad, las cosas son y no son al mismo tiempo, se multiplica la diversidad y nuestro mundo se vuelve día a día más pequeño.
Sartori vincula estas reflexiones a la democracia. Establece que la democracia no requiere de sabios, pero sí de personas suficientemente informadas, es decir, informadas respecto a algo, a un contenido que pueda calificarse en términos de veracidad, falsedad y decisión y al final evaluarse, porque el solo ruido político es irrelevante y vacío. Aquí es donde los medios cobran una gran importancia dentro del proceso democrático, debido a que forman al mismo tiempo cuidadnos y opinión pública y la política se vuelve inteligente cuando posee un juicio crítico de conocimiento sobre los temas, reconocimiento que la “teledemocracia” ha empobrecido en el ambiente.
Al sentido crítico que requerimos es necesario agregarle una revisión de los contenidos que venden las pantallas, romper la inercia y esa suerte de hipnosis virtual con la cual escuchamos los mensajes y miramos la propaganda, y dedicarnos a pensar en lo que no vemos, en lo que no se dice y ponerlo en práctica en el próximo debate.
Y, finalmente, amable y estimado lector, la buena gramática, esa que nos enseña que todas las íes deben ir siempre coronadas por sus minúsculos puntos para así ser soberanas, ejercicio imprescindible como hábito en el quehacer de nuestras vidas, fue ejemplo siempre señalado en la impecable pulcritud de sus escritos y el elegante don de la palabra por el inmortal “Caballero de punta en blanco” en su célebre columna Clima y Ambiente, espejo diáfano de la opinión crítica y la reflexión, genial tesis legada y hoy tan añorada…

jrmenrod@hotmail.com