
Todo lo contrario sucedió con los estudiantes de Querétaro, quienes advirtieron a sus compañeros de lo que las autoridades universitarias querían hacer con las matrículas y lograron echar abajo el asentamiento bancario. En Mérida, el resto es silencio.
El 23 de agosto de 2009, una treta ensalza la desidia del criterio estudiantil: hay alza del transporte, pero sólo a adultos y a personas sin credenciales. Los líderes estudiantiles, como se le llama a cualquiera afiliado a la Nueva Federación Universitaria (NFU) y a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), guardan silencio al igual que miles de estudiantes, y la ciudadanía entiende que si sus hijos callan, también debe hacerse lo mismo.
Ahora, surgen voces contra el proceso de credencialización, y esto debe ser un fenómeno muy extraño para quienes quieren imponer estudios socieconómicos inexactos y demás decretazos. Los autorizados se preguntarán, ¿Qué les pasa a esos estudiantes? ¿Por qué no se callan como siempre lo han hecho? Señor Recto Alfredo Dájer Abimerhi, vaya allá a declarar que la credencialización ya es segura, como lo hizo con la carne de puerco.
Camilo Solís
No comments:
Post a Comment